Introducción:
El sector económico en todo nuestro país se divide en diversas ramas, las cuales se pueden ir destacando dependiendo de la ubicación territorial; por ejemplo, en el sur del país se pueden observar comúnmente actividades agrícolas, ganaderas, industria de la construcción, explotación del petróleo, generación de energía eléctrica, entre otras; mientras que en la parte central podemos ubicar a la industria automotriz, calzado, papel, químicos, etc. Cada región del territorio mexicano cuenta con ciertos tipos de actividades en torno a las cuales gira la economía de esas respectivas entidades federativas y en conjunto, por ende, la economía nacional. El residente en territorio nacional al involucrarse en algún tipo de actividad económica, debe cumplir con cierto tipo de obligaciones para poder pertenecer a la economía formal; precisamente estas obligaciones desempeñan un rol fundamental en el desarrollo y crecimiento del sector empresarial, ya que para mantener un adecuado funcionamiento de la operatividad el Estado regula la forma en que se debe cumplir con una variedad de disposiciones, tales como las laborales, fiscales, penales, de seguridad social, mercantiles, civiles, etc. La mayor parte de la carga impositiva corresponde al Gobierno federal, sin embargo, también se deben cumplir con disposiciones de carácter estatal y municipal. Todas estas circunstancias se combinan entre sí para darle un toque especial al funcionamiento de cada empresa involucrada en la economía formal, por lo que tal situación ubica a las empresas en el centro de atención de las respectivas autoridades, ya que derivado del cumplimento del sector empresarial para con el Estado depende en gran medida el ingreso para la ejecución del gasto público.
De acuerdo al desarrollo de las actividades económicas por parte de las empresas, se marca la pauta para el cumplimiento de sus obligaciones en condiciones habituales, es bien sabido por todo el hecho que implica la búsqueda de esquemas que permitan al sujeto obligado a disminuir la carga de sus obligaciones; pero qué ocurre en un caso atípico como lo es el tema actual de la pandemia ocasionada por el COVID-19, situación que ha frenado drásticamente la circulación económica en todos los sectores, por obvias razones muchos procesos se ven afectados y sobre estas condiciones las autoridades respectivas asumen cierta postura, la cual nos permite cuestionar si es la más apropiada o no, ya que al final de cuentas el obligado siempre estará sujeto al cumplimento de sus obligaciones independientemente de las condiciones externas que estén afectando su entorno. El COVID llegó para quedarse.
Daño colateral
La pandemia del COVID-19 que se originó a nivel mundial a finales del año 2019, ha afectado grandemente al sector salud; sin embargo, también ha causado estragos en el sector económico y también ha generado crisis de seguridad. En México tales acontecimientos llevaron al sector empresarial a una afectación múltiple, ya que se disminuyó drásticamente la obtención de ingresos y en algunos casos se paralizó por completo la obtención de recursos; en el estado de Tabasco es sabido que muchas instituciones educativas del sector privado el pasado mes de agosto de 2020 se vieron en la necesidad de cerrar definitivamente sus instalaciones, ya que prácticamente no hubo captación de alumnos. Sin embargo, pese a tales acontecimientos las obligaciones siguieron su curso normal, las autoridades correspondientes no brindaron el apoyo adecuado a las PYMES y muchas de estas se vieron severamente afectadas al verse obligadas a continuar pagando salarios sin tener ingresos, y otras más continúan sin poder operar actualmente. Es necesario replantear la forma en que se ha operado los últimos años ya que esto nos trae un antes y un después, sin embargo es posible que en muchos casos se pudo evitar el daño económico en las empresas con el hecho de aplicar algunas recomendaciones que conocemos como “Normas de Información Financiera”, cito el caso de los pagos correspondientes a los empleados: existe una norma dentro de la NIF que nos indica cómo se debe tratar y dar el reconocimiento a las obligaciones que el empleador debe cumplir para con sus subordinados, es decir reconocer anticipadamente los efectos financieros que tendrá la empresa por el pago de los beneficios que recibirán los empleados durante ciertos períodos, lo que quiere decir que antes de la pandemia las empresas, sin excepción alguna ya conocían el monto de las obligaciones a cubrir independientemente del COVID (NIF D-3: Beneficio a empleados). Es cierto que las pequeñas empresas o las de reciente creación difícilmente estarían preparadas para enfrentar una situación de esta magnitud y por un tiempo tan prolongado.
Indistintamente de los hechos mencionados con anterioridad, los mecanismos de fiscalización por parte de las autoridades se han fortalecido en los últimos años y están con mayor celo vigilando en la actualidad el tema de cumplimiento de obligaciones; cabe destacar bajo este orden de ideas que ya se está cocinando la propuesta del paquete económico 2021 donde se contemplan acciones que podrían violentar la privacidad de los sujetos obligados. Entonces el COVID llegó a establecer un ambiente propicio para que las autoridades vigilen más profundamente las actividades llevadas a cabo por cada persona física o moral que se integra a la economía formal. Si bien es cierto tenemos una obligación constitucional de contribuir con el gasto público; es una realidad que el Estado está en toda la obligación de garantizar el bien común, es parte de sus funciones, es la razón de ser de la soberanía, pero con la forma en que está actuando únicamente parece estar preocupado por el sector que básicamente no produce económicamente nada y mucho menos aporta, ¿entonces el Estado cumple con su función primordial para el cual fue constituido?
Conclusión:
Es momento de considerar si la forma en que hemos trabajado es la más apropiada, o si es momento de cambiar, ya que las condiciones actuales solo permitirán avanzar a quienes estén dispuestos a evolucionar; no porque algo funcione significa que no puede ser mejorado, así que llegó la hora de mejorar en nuestras formas de trabajo y avanzar un paso hacia el futuro.